CAPÍTULO DOS: LOS PREPARATIVOS
Así que a la mañana siguiente, muy tempranito, mientras todos los demás miembros de la casa estaban durmiendo...
Maltazar (tarareando la música de la Profecía): Ave... Satani... Ave... Satani... la la la la...
Rastall: ¡Hoda, Madtazad! ¿Que haced? ¿Vaz a ezcrdibid múzica?
Maltazar (mirando a su alrededor desconcertado): ¿Qué? ¿Quien me habla? ¡No veo a nadie! ¿Ya he invocado a un espíritu? ¡Jo, soy la pera!
Rastall (quitándose la máscara): No, tonto. Ez que voy veztida de Ninjda pada Haddoween, pod ezo no puedez vedme.
Rastall: Bueno, puez ezo, ¿pada qué eztáz haciendo ezaz rayaz en el zuelo?
Maltazar: Voy a invocar a un demonio. Lo pone en mi libro.
Rastall: ¿A un demonio? ¡Zedaz tontoddón! Pada invocad a un demonio tienez que haced un pentáculo, no un pentagrdama!!! ¡¡Todoz loz ddragonez zabemoz ezo!!!
Rastall se marcha riéndose mientras Maltazar se queda con cara de tonto...
Maltazar: ¿Un pentáculo? Jo, a ver si voy a tener que leerme todo el capítulo, con lo tocho que es...